(Nota preliminar: Estoy encabronado)
Y aquel viejo y querido amigo inicia su perorata así:
“No me gusta lo que escribes…”
Y prosigue:
“¿Por qué siempre escribes cosas tristes? ¿Por qué tienes que ponerte siempre en el papel de la victima? (Sic)”
“Si escribes cosas negativas solo atraerás a personas negativas, tienes que proyectar cosas buenas, cosas positivas, cosas que te motiven y que motiven a los demás”.
“Así solo atraerás a perdedores y te quedaras estancado”.
“Yo te conozco Miguel, a ti no te ha ido mal, eres un hijo de familia, las cosas no han sido tan malas, pero claro, eres pesimista, ese es tu principal defecto, y encima con eso que escribes solo atraes personas negativas”.
“Piensa positivo, cambia de actitud, porque sino las personas van a dejar de leerte y eso es lo que quieres ¿no?, que te lean, entonces si quieres ser leído escribe cosas que hagan sentir bien a las personas, no solo cosas grises y tristes”.
Y podría seguir enumerando todas los demás defectos que este querido amigo encontró en mi blog… y ¿saben que? Es mi amigo y respeto su opinión, pero este diván no cambia de tapicería.
1.- Creo firmemente que la literatura es un arte, y como tal no es valido escribir pensando en agradar, adoctrinar o educar.
2.- Como arte, su valor estético no depende de la forma per se.
3.- No soy escritor. Este blog es pretencioso, por demás decirlo, y a este espacio se limitan mis pretensiones artísticas, entiéndase mi malsana obsesión por ser escritor.
4.- Este blog surge por la insistencia de mi siempre fiel Ka en que podría ser un buen pasatiempo para alguien como yo.
5.- Y siendo inicialmente un hobbie tuvo un efecto secundario maravilloso: Tener lectores. Y no lectores “optimistas” o “positivos”, sino lectores reales, inteligentes, analíticos, críticos. Lectores que valoran las palabras de su servidor en su justa medida. Y eso, ni con Master Card señores.
6.- La segunda consecuencia de este hobbie es la interacción con otros bloggers, que van de constantes correos electrónicos, algunos intimistas y calidos como pocos, llamadas telefónicas, idas al café o al cine.
7.- Lo mejor de todo, el encontrarme con maravillosos escritos, criticas, ensayos, poemas, reflexiones redactados por personas con mucho talento, y que por cuestiones de espacio (en el que cada uno vive y de estantes en las librerías y expendios de revistas) nunca hubiese sabido de su existencia.
8.- Y algo que el ego agradece siempre es el hecho de que alguien, del otro lado del teclado te regale un comentario (ok, al único que presiono y seguiré presionando para hacerlo es a Ka). Por eso chicos, mil gracias.
El diván de la Tía Miguelona sigue su marcha, puede ser gris, azul o completamente rosa… porque en este espacio entra quien quiere entrar, será siempre recibido y se agradece de corazón cada visita, pero no cambiará por darle gusto a nadie.
Las opiniones, comentarios, críticas y sugerencias son siempre bienvenidos, pero solo hay un límite evidente a todas luces:
NO ME DIGAS COMO HACER ALGO QUE HAGO SOLO POR EL PLACER DE HACERLO Y NO PREJUZGUES A LAS PERSONAS QUE LEEN Y COMENTAN EN ESTE ESPACIO.
Perdonen ustedes queridos lectores el exabrupto, pero a final de cuentas, la trascendencia o no de mis ideas esta en ustedes. Gracias por estar aquí.
Notas:
Ya viene el día de muertos (que Halloween ni que putas mamadas), y para ponerse a todo, nada mejor que irse a la tumba con el Homo Rodans.
Al Hobbit lo inspiro, y a las pruebas me remito...
Imagen:
"El viejo guitarrista"
De la etapa azul de Pablo Picasso